viernes, 7 de marzo de 2008

Ciudadano Iñaki

Este fin de semana son las elecciones. Los diferentes actores que han ido apareciendo a lo largo de toda la campaña han estado muy en su papel. Esa maldición en forma de refrán que dice "más vale malo conocido que bueno por conocer" parece impregnarlo todo. Nada nuevo bajo el sol. Dudo que las cosas sean así por necesidad. Sospecho que todos llevamos dentro un surfero. Si me dejara llevar por mis tendencias destructivas consumiría mis tres deseos en un tsunami...

No quedan ni cuarenta y ocho horas, y los más acérrimos seguidores de esas personalidades grises que tanto abundan en política, están engordando la cuenta de resultados de las compañías telefónicas. La estupidez en forma de sms. Todo el mundo tiene una frase original al respecto de cualquier cosa. Sólo que ahora es peor. Me pregunto yo qué de malo han hecho las vocales para que se las suprima. Para ahorrar espacio dicen. ¡Pues que guarden silencio...!
Pero está visto que el mundo carece de imaginación. O que los propagandistas son más nazis que nunca. Porque que un saludo o una niña puedan convertirse en slogan, en bandera de un proyecto político... No podría soportar que a partir del 9 de marzo el número de futuras pijas con el nombre de Victoria empezase a proliferar. Las prefería llamándose Jennifer o Andrea. Y no sé a qué cojones viene que antes de irme a dormir alguien me desee buena suerte. De veras que me siento más libre en mis pesadillas.

En fin, por primera vez en unas elecciones no tengo claro qué votar. Se me vino abajo mi teoría matemática del voto en blanco por una indisposición constitucional. Cada vez me siento más extranjero en mi tierra. No pienso separarme nunca del pasaporte. Creo que en el sobre de las votaciones voy a meter una fotocopia de mi D.N.I. y que sea lo que el rebaño quiera...