martes, 23 de septiembre de 2008

Aspirinas contra la crisis

Y salió la crisis... No es de extrañar. Todos estos años, desde el primero en que empezó la hiperinflacción de la vivienda, me los he pasado como pájaro de mal agüero: "Cuanto más tardemos en caer, más tardaremos en levantarnos". Todos los parches que se han ido poniendo en los 3 últimos años, sólo han ido retrasando el duro despertar. Era como esas mañanas de domingo que tienes que madrugar para no pillar el atasco de vuelta de las vacaciones...

Soluciones había muchas, pero a nadie le gusta hacer de Churchill antes de unas elecciones. Eso de prometer sangre, sudor y lágrimas fue la única cosa honesta que hizo en toda su vida. Y le valió un premio Nobel de literatura (no quedaba muy bien dárselo a Aldous Huxley: "Un mundo feliz"; o a George Orwell: "1984").

Nos encanta hablar de riqueza y medirlo todo bajo su parámetro. El problema de la riqueza, es que crea pobreza. Es una necesidad matemática por mucho que se empeñen los magos de las finanzas. Lo único que tiene el hombre es su capacidad de transformar sus virtudes en trabajo. Y hay demasiado hijoputa que se piensa que la pillería es una virtud.

El futuro no tengo ni puñetera idea de como será, pero no me cabe duda alguna que mientras unos salen adelante, otros quedarán por el camino. Y los primeros, serán los que escriban la historia que contar a sus hijos. Que quiero decir esto con esto, que la humanidad aprende muy despacio en temas de justicia social. Entender la memoria histórica sólo como una forma de levantar y derribar estatuas, además de no ser muy práctico, sólo alivia las conciencias de unos pocos.

En lo que yo encuentro gran parecido a los tiempos que vivimos es a la caída del imperio romano. Los USA se han pasado décadas manteniendo la guerra allende sus fronteras en pos de una ficticia pax para sus ciudadanos. Y lo del 11-S fue un poco como la llegada de Atila. ¿Será Bush como Nerón o como Caracalla? Lo que sí es cierto, es que los palmeros de la economía liberal son una especie en extinción. Aunque me temo que siempre habrá alguien dispuesto a clonar al monstruo.

Tanto me estoy gustando al escribir estas palabras que las voy a colgar en mi blog con vuestro permiso. Y es que en eso de dar definición a la palabra arte, tiene mucho que ver el ego. Y el mío, hoy se levantó con el pie izquierdo (mi pie bueno) y oliendo a lluvia... (Malas noticias para los que preparan la guerra del agua como nueva forma de revitalizar el negocio).

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Treinta y tantos...

Cada cierto tiempo suele ser conveniente repasar los tópicos, ver si se han puesto cómodos en alguno de los lugares principales de la vida de uno, y rebelarse...

Yo tengo uno que tomé prestado de José Hierro, y de manera no literal venía a decir que él como escritor, cuando era feliz, se dedicaba a disfrutar de esa felicidad. Lo de escribir lo dejaba para peores momentos. Ciertamente, yo he entrado muchas veces en contradicción con esta frase un tanto absurda. Sobre todo porque no soy uno de esos que se lamentan quejumbrosos de lo duro y difícil que es el oficio de escritor. Para mí, es un placer. Sólo que cuando el amor entra por la puerta, las musas salen por la ventana. De esto también tiene la culpa haber leído a Pedro Salinas: Son varias las veces que he regalado "la voz a tí debida" porque yo no sé decirlo mejor.

No sé. Pero la cosa es que llevaba tiempo deseando acercarme a este rincón una noche cualquiera y escribir acerca de estas cosas. Supongo que no quedan inocentes y mucho menos felicidades plenas. Y dudo que del azar surjan amores perfectos. No es una mera cuestión de escepticismo, es pura necesidad lógica cuando se habla de seres humanos...

Ya veo que me enredo con palabros, y es posible que de ahí se escape la poesía... Y lo único que yo quería decir es algo bastante sencillo. Su nombre es Patricia y simplemente la amo. Y como estas cosas no entienden de sitios apropiados o de lugares estables, tan pronto se nos aparece en unas líneas de un blog como en un tren de largo recorrido. A fin de cuentas a veces somos libro, a veces somos viaje, pero sea lo que seamos me encanta ser nosotros mismos y el lugar donde nos encontramos.