sábado, 20 de marzo de 2010

Horadado

Vamos a pasar juntos mucho tiempo. Conociéndonos. Sabiendo el uno del otro. Lo bueno de nacer es que el pasado no existe. Aunque siempre puedes acogerte al de los demás para ir construyendo parte de tu memoria. No sé si todo lo que he sido te pertenece por derecho, pero mucho de lo que soy y seré se lo debo a todo lo vivido. Hay tiempo para ir desgranando los acontecimientos que habitan en mi memoria. Hay tiempo para ir explicando cómo se construyen sentimientos, cómo se habita en los corazones de los otros, y algunas otras cuestiones a las que todavía no sabría darles nombre.

Si tuviera que decir algo de mí que quisiera que supieses desde el momento en que abandones el vientre de tu madre, es que considero que he tenido una vida feliz. He conocido la tristeza y el dolor de manera diría que incluso cruel. Echo de menos a mi padre y a mi hermano de tal modo que incluso ahora mismo lloro mientras esto escribo. Y sin embargo, observo el agua que soy capaz de coger con mis manos y me parece más que suficiente como para calmar la sed de todo lo que me reste de camino. Apuro cada oportunidad para la risa. Y contemplo a todas esas personas que están dispuestas a quererte tanto como yo pueda hacerlo, y no puedo por menos que sentirme orgulloso de mi vida. Orgulloso y afortunado como pocos hombres hayan sido. Por mucho que no deje de llorar mientras escribo. Por mucho que me resulte imposible desatar los nudos de la garganta. Por mucho que todas las lágrimas juntas no alcancen para llenar el hueco que resulta de juntar las manos….

Ojalá quienes nos faltan pudiesen haber tenido la oportunidad de sumarse al amor que vas a recibir. La recurrencia de sus nombres te será tan familiar que espero puedas hacerte una idea de lo que significan para todos nosotros. No son sólo recuerdos. Son extensos retazos de lo que somos. Inherentes a, e ineludibles en, toda explicación o biografía. Parte intrínseca de algunos silencios, de ciertas miradas. Y de tantas risas… Ojalá puedas aprender cómo echar de menos. Es una de esas cosas con las que tendrás que aprender a convivir. El hecho mismo de nacer conlleva en cierto modo algo parecido. Pero no se trata sólo de lugares, de personas o de momentos. Se trata incluso de aquello que no somos o que no podremos. Ojalá sea esta una de las cosas que sepa decir de tal modo que digas “creo que te entiendo”. Aunque asumo que no daré nunca con las palabras exactas. No todas las cosas que existen tienen modo de ser dichas… También asumo que en más de una ocasión tendré que escuchar de tus labios “papá, divagas”. Y cuando eso ocurra, sólo me quedará la posibilidad de esbozar una sonrisa por encontrarme en un lugar indefinido e indefinible en el que mi padre estuvo antes.

1 comentario:

Quito Bipolar dijo...

Le podrás decir: Mira un pato azul!! como para cambiar de tema...je je
felicitaciones y saludos...