sábado, 4 de agosto de 2007

Nafarroa Bai

La sabiduría popular dice que que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y uno de los sabios más populares, Aristóteles, definió al hombre como animal político. Obviamente, la lógica no permite extraer una conclusión de dos premisas cualesquiera, pero del azar se puede esperar cualquier cosa, así que como quien no quiere la cosa, cualquiera podría concluir que todo político es un animal único pues es capaz de tropezar dos veces con el hombre de piedra. Y es que, ¿qué político no aspira a ser estatua?
Si los diarios de Julio Cesar fueron toda una inspiración para aquellos que querían conquistar el mundo, "El príncipe" de Maquiavelo es el manual que parece haber leído todo aquel que aspira a gobernarlo. Y en esas estamos... El arte de la prudencia convertido en tacticismo, no es sino una manera de jugar a empatar. En democracia, termina convirtiéndose en ese sistema más conocido como bipartidismo, que no es otra forma sino de poner a un lado de la raya a los que estén conmigo, y al otro lado, a los que estén contra mí. En las sociedades miedosas, unos y otros suelen aunar esfuerzos contra un tercero difuso, que es como el hijo de dios para los judíos: siempre está por llegar.
Todo esto viene a cuento de que en las últimas elecciones en Navarra, los votantes, que no es lo mismo que decir los ciudadanos, decidieron repartir de una forma un tanto caprichosa e inconveniente para los intereses de los dos grandes partidos nacionales, las cantidades de votos que dan derecho a una serie de escaños en el parlamento foral. Y a poco más... Porque una vez más, Madrid decide como se han de hacer las cosas fuera de sus confines.
Es muy posible que al votante socialista andaluz, o al extremeño, manchego, asturiano o gallego, por poner algunos ejemplos, no les guste con quien pueden pactar los socialistas en Navarra. Pero no les incumbe. Y no les incumbe, del mismo modo que al votante socialista de Navarra en particular, y al navarro en su total extensión, no les va nada en el juego el modo de hacer política de cada uno de ellos en su territorio. La solidaridad interterritorial no sirve para hacer estas cosas. Y por mucho que haya un lugar común llamado España, la prudencia, el tacticismo y el miedo no legitiman los pasos que en estos días se han dado. Porque puede sucederte que te tomen París, que te bombardeen Londres, que te lleguen hasta las mismas puertas de Stalingrado. Pero que más da... siempre habrá alguien dispuesto a transformar un bloque de granito en algo que se parezca a una cara.

No hay comentarios: