sábado, 1 de septiembre de 2007

Con la casa a cuestas

Hay que ver la cantidad de cosas que acumulamos. Así pasa, que el día que tienes que hacer mudanza, o tienes un colega que puede coger la furgoneta del trabajo, o te sale más económico ponerlo todo nuevo que pagar los portes. Todos tenemos en mayor o menor medida el síndrome de Diógenes. Da igual que vivas en una buhardilla sin ascensor, que si te da por la música, hasta piano de cola tienes. Y yo me pregunto por qué siempre resulta más fácil llegar que marcharse. Tal vez esa vocación tan posmoderna al sedentarismo, dificulte nuestra capacidad para hacer el petate. No hay más que vernos cuando nos vamos de vacaciones. Si hasta para pasar la noche fuera nos llevamos el cepillo de dientes...

De todos modos, lo mejor de hacer una mudanza son las cervezas de cuando terminas. Sin ducharse ni nada. (Que otra cosa que me pregunto es por qué casi siempre los cambios de domicilio son en verano). A lo que iba. Disfrutar de la compañía de los que te han ayudado a bajar el sofá y la lavadora mientras apuras un par de zumos de cebada, es un placer casi inigualable. La furgoneta del amigo ya está vacía, los recuerdos se apilan desordenados en el nuevo salón; sienta bien cambiar de aires, aunque sólo sea un par de cuadras más allá. Es como comenzar una vida distinta, y eso requiere un rito iniciático, así que lo pensamos mejor y para festejar el tránsito se añaden un par de rondas y unas raciones. Si el tiempo nos es benévolo, tal vez culminemos la noche con un cubata. Estos ejercicios de exaltación de la amistad se nos dan bien. Así que pedimos cubatas hasta que cierran el bar. Suponemos que cada cambio de era origina un festejo. Y aunque el era ahora es, y no muy diferente por cierto, el camino que se nos abre lo empezamos a recorrer con bríos renovados.

Que se lo pregunten a la furgoneta del amigo, al techo del garaje, al seguro y al que se gana la vida tirando dardos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La casa o te la llevas a cuestas o se te cae encima.Te puedes tomar media docena de cubatas y piensas que te estas mudando pero a otro mundo:"Galaxia"
Siempre resulta más fácil que paguen la letra otros a pagarla tú, luego es clarividente que es mejor que te echen a irte en la furgoneta del amigo.
El instinto animal te puede llevar a cambiar de cuadra, a mí de habitación pues soy un ciudadano de a pie.
La noche se culmina no con un cubata tío,sino con un buen kiki.
Moraleja: "Antes de llevarte la casa a cuestas, es mejor que se caiga encima" EL MUDANZAS