miércoles, 19 de septiembre de 2007

Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos...

Si hay algo difícil de medir es el modo en que los demás nos valoran, lo que significamos para aquellos que nos rodean, qué tenemos o nos falta para que los otros nos tomen en cuenta de la manera en que lo hacen. Y supongo que para un hijo, saberlo sobre sus padres es más complicado si cabe. Uno determina finalmente que estos le quieren porque sí, porque no les queda otro remedio, porque está en la naturaleza misma de las cosas. Tal vez sea así y quizás sea cierto que hay algo parecido a lo que llamamos destino.

Hoy, hace un año que nació mi sobrino. Las circunstancias familiares hicieron de aquel acontecimiento algo que para todos los que lo vivimos de cerca concitaba todo un cúmulo de sentimientos y emociones entremezclados. La vida y la muerte, ambas presentes, nos llevaban de un extremo a otro en una especie de carrera sin fin. Se han ido sucediendo los momentos de tal modo que nuestras vidas parecían una montaña rusa. Incluso aquellos que sufrimos de vértigo decidimos no bajarnos. Hoy, la vida es muy distinta a la que teníamos hace un año; muy diferente de la que teníamos hace dos; insospechada de la que teníamos hace tres.

Pedro, tal vez alguna vez te preguntes por qué concitas el amor de tus padres, por qué tus abuelos y tus tíos te quieren del modo en que lo hacen, por qué significas eso que te resulta incomprensible. Supongo que resumiéndolo todo un poco, es porque sí, porque las circunstancias, las tuyas y las nuestras, lo propiciaron así. Supongo que nadie sabe aún la relevancia de todo lo que vivimos, ni de qué modo te afecta a tí. Tú, sólo tienes todavía un año y lo que ahora te toca es otra cosa muy diferente que pensar en ello. Pero es indudable, que por el modo en que nos ha afectado a los que hoy te rodeamos, va a determinar en cierta forma quién serás y cómo en el futuro. Ojalá, que sepamos darte lo que nos diste a todos sólo con tu nacimento. Ojalá esa alegría y esa capacidad de sentir se traduzca en tí en las sonrisas y las lágrimas que te ayuden a ser un motivo de orgullo para todos nosotros. Nada necesitamos de tí salvo que seas quien quieras ser. Ya nos has dado más de lo que nadie está obligado. Crece como cualquier otro de tu edad. Las respuestas irán llegando. Aunque algunas, como cuando te preguntes que significas para los tuyos, tenga como solución inconclusa palabras similares a estas...

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