sábado, 22 de septiembre de 2007

Hablando claro

La lengua es la principal herramienta para la comunicación que posee el ser humano. Dudo que los antropólogos sepan la verdadera razón del por qué de la multitud de idiomas. Resulta tan inverosímil por kafkiano que hasta apetece creer en la torre de Babel.

La realidad nos muestra que la lengua ha sido utlizada sobre todo como un instrumento para ejercer la dominación, como símbolo de poder. No es mucho mejor el actual estado de cosas. El elogio de la diferencia ha provocado que las diferencias se impongan a los rasgos comunes, con lo que seguimos en ese empeño de no querer entender al otro. Es probable que el mundo sea mucho más rico gracias a la variedad de lenguas, idiomas, dialectos, dejes y acentos. Gracias a la jerga incluso. Pero el fin último de la comunicación es algo tan simple como comprender o ser comprendido. A veces ambas cosas... Es por eso que tiene que haber una cohabitación que nazca no sólo de la propia sensatez sino del respeto por la otredad, ese respeto cuyo camino es de ida y vuelta, pues tanto sirve para establecer lazos de cercanía gracias a los rasgos compartidos como a no ver como agresión u ofensa en la diferencia.

Es un derecho el poder expresarse en lengua en que uno crea conveniente. Y en el ejercicio de ese derecho nadie puede ser objeto de menoscabo tanto en su integridad como en el resto de deerechos. Pero coexiste a su vez un deber que consiste en conocer el idioma del lugar donde se reside. Esgrimir el derecho sin la asunción de los deberes intrínsecos supone un agravio a el resto de sujetos, una perversión del derecho pues se hace de él un uso al modo de privilegio. Y la legitimidad entonces desaparece. Usar los derechos en contra de los otros, de aquellos que también los detentan en el mismo grado e igual responsabilidad conlleva un menosprecio de ese principio que sostiene todos estamos provistos de los mismos derechos y deberes, en definitiva, que todos somos iguales, que no hay distingos por condición, que un ser humano equivale a cualquier otro ser humano...

La responsabilidad de cada uno de nosotros con respecto a nuestro idioma nos ha de llevar a defenderlo con su uso correcto, con su conocimiento preciso, entendiendo que su difusión es un pacto entre dos partes, hay que ser consciente de que el idioma se caracteriza por su capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, que su riqueza deviene de la constante admisión de vocablos nuevos. Su defensa de ningún modo se ejerce reprimiendo el uso de otras lenguas; de la imposición allá donde no corresponde, bien sea con el abuso de los nuevos medios de expresión y conocimiento o con el reclamo de una posición heredada de modo injusto, se le hace un flaco servicio al respeto necesario para la libre coexistencia.

Así pues, bienvenidos sean todos los que tengan algo que decir, no importando en modo alguno en que idioma lo hagan. Ante todo, coherencia.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como das la bienvenida a todos los que tengan algo que decir, me animo a decirte que acabo de descubrir tu blog y me pareces un pedante y un plomo espectacular. Saludos.

Iñaki Arbeloa dijo...

Tu punto de vista es tan respetable como cualquier otro...
Un saludo.

Anónimo dijo...

Descubrí el blog hace un tiempo y me gusta mucho sobre lo que escribes y cómo lo escribes. Todas las mañanas entro y leo tus aportaciones, así que por favor, sigue creando para los que nos gusta leerte. Gracias!

Iñaki Arbeloa dijo...

Gracias por tus palabras. Nunca llueve a gusto de todos, pero me alegra que haya quien encuentre algo digno de mención en este blog.

Un saludo...